miércoles, 8 de agosto de 2012

Problemática de la Criminología

Se quiere con este escrito analizar los  problemas que presenta la criminología actualmente en cualquiera de los enfoques que se asuman en su estudio. Ellos son: su objeto y su finalidad.

Problemas centrales de la criminología. Su objeto y sus finalidades”, presentado en el VIII Encuentro de Profesores de Criminología, reunido en Cali entre el 30 de enero y el 1 de febrero de 1986; allí enumera varias de las corrientes sobre este punto, las sintetiza con sus características fundamentales y luego objeta los puntos que no comparte. Partiendo de ese estudio, podemos entonces señalar los siguientes criterios:

a.-Criterio jurídico. La criminalidad como objeto de estudio de la criminología está compuesta por el conjunto de hechos punibles típicos y la totalidad de personas que realizan esas conductas en un espacio y tiempo definidos.
El crimen estará identificado con las descripciones del estatuto represor; solo las actividades consideradas ilícitas por la ley penal, delitos y contravenciones, tendrán importancia para esta ciencia y harán parte de su objeto.

b.-Criterio peligrosista. Esta posición es menos estrecha que la anterior, en el sentido de que admite que la criminalidad estará conformada por aquellas conductas ya mencionadas y, además, por todos aquellos estados que pueden generar o provocar el delito.
Se le llama “peligrosista” porque parte de los estados de especial peligrosidad, es decir aquellas situaciones en las que una persona fácil mente puede llegar a delinquir. “Toda conducta que con probabilidad conduce al delito, como mendicidad, prostitución, oposición cultural y política, alcoholismo, vagancia, homosexualismo, etc.

e-Criterio del sentido común. Se conoce también esta posición como “lega”, porque recoge la opinión popular respecto de la criminalidad. Esta será entonces el conjunto de conceptos que la mayoría de la población tiene sobre qué es crimen, qué es criminalidad y quién es criminal.
“Para que una acción contraríe el «sentido común» se requiere: a) un comportamiento que vaya contra la rutina, es decir, que se aleje de los modelos establecidos; b) que el autor, de haberlo querido, habría obrado conforme a las normas; y c) que el autor supiera lo que hacía. En tales condiciones, el agente es responsable frente a las «teorías legas»

Otras opiniones. Refiriéndose a los criterios anteriores, encontramos que “Si adoptamos la actitud inicialmente descrita para buscar el objeto de estudio de la criminología latinoamericana, tendríamos que limitarnos a seleccionar una de las diferentes corrientes enumeradas después de confrontarlas, y a evaluar sus alcances y defectos desde el punto de vista teórico. Si hacemos esto, estamos desconociendo dos aspectos fundamentales: las realidades sociales que generaron esas teorías que se desarrollaron en otros ámbitos geográficos e históricos, y también nuestra propia realidad. Esto es lo que ha sucedido con nuestros criminólogos, incluso con los críticos, excepto algunos meritorios casos: no han hecho otra cosa que trasladar teorías nacidas en otras sociedades y que solo cumplen como función desviar la atención sobre los problemas reales. Por supuesto, tal situación implica hacer ideología en su significado de falsa conciencia. Dentro de este enfoque amplio, contemporáneo, de la criminología crítica, puede aceptarse que la finalidad de la criminología es conocer qué se busca con el control social como objeto de la misma. 

El estudio del control social —formal e informal— como objeto de la criminología está íntimamente ligado a la finalidad de esta, o sea, a la búsqueda de una política criminal más justa e igualitaria; para su logro son perfectamente válidos algunos de los postulados de la criminología crítica porque esta, partiendo de criterios económicos y políticos propone una política criminal alternativa basada en mecanismos como la descriminalización, despenalización, desjudicialización y desprisionización de aquellas conductas que no sean gravemente dañinas y, acomodando las leyes y su interpretación a las realidades socioculturales, económicas, políticas, etc., combate la subcultura carcelaria, evita la estigmatización y disminuye los costos administrativos del delito. Al mismo tiempo propone la criminalización y penalización de conductas que lesionan los intereses de las mayorías y persigue tratar administrativamente a algunos individuos desviados teniendo en cuenta las causas que los llevaron a su comportamiento, para construir una política social que vaya paralela con la política criminal.

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